jueves, 3 de octubre de 2013

Estoy "tranquilo-nervioso"

He estado malo para escribir.
Creo que lo único que me interesa es simplemente vivir mi vida sin mayores complicaciones y muchos detalles quedan afuera por mera comodidad, como mantener el contacto con viejos amigos y, cómo no, practicar la disciplinada costumbre de escribir.
Y no es que no suceda nada que contar en mis días. Simplemente no me he exigido lo mismo que antes. Creo haberme vuelto demasiado indulgente conmigo mismo y eso es algo que ya no debo permitírmelo.
Debo seguir creciendo y mi compromiso con quienes me rodean comienza justo aquí adentro: en mi corazón, donde anidan mis mayores tesoros; y en mi mente donde guardo mis armas y herramientas.
Te sugiero que tomes estos conceptos para ti también. Para no desviarte de ti misma. Para no perderte de ti misma.
Estoy viviendo esos momentos en que te haces preguntas todo el tiempo, a veces dudas y otras confías, pero lo cierto es que lo que antes estaba claro ya no es tan así.
Vamos a ser papás.
Estamos a punto de ser papás. Sonia ya entra en la semana cuarenta de su embarazo y ya está extenuada.
El niño viene sano, enorme y pareciera que no tiene apuro en nacer. Mañana iremos al ginecólogo y confiamos en que todo siga normal.
Hemos hecho arreglos en el departamento y aún no termino con la carpintería de muebles -los vecinos han reclamado bastante-. Este fin de semana espero avanzar otro poco con la cama.
A pesar del revuelo familiar que esta noticia ha generado, me lo tomo con relativa calma -tranquilo nervioso, diríamos-